Aunque el experimento de laboratorio siguió y sigue siendo el método de investigación predominante en la psicología social psicológica, su utilización fue generando un fuerte descontento, que se hizo especialmente manifiesto durante la década de 1970.
Críticas a la experimentación
El declive empírico de los años 70 tiene su base en los serios defectos y limitaciones del método experimental de laboratorio como forma privilegiada, casi única, de elaboración teórica en la ciencia social: fallos de predicción, artefactos de método y medida, imposibilidad de reproducir los efectos, etc. La experimentación de laboratorio es uno de los culpable más identificados y frecuentemente atacados en el aluvión crítico. De echo, la etapa inicial de la crisis es un auténtico memorial de agravios de diversos sectores psicosociales contra la experimentación de laboratorio.
El método experimental de laboratorio es censurado porque, si bien es cierto que maximiza la validez interna (posibilidad de atribuir las relaciones o efectos observados a una variable), minimiza la validez externa, esto es, la posibilidad de extender los hallazgos o efectos a los sitios naturales en que interactúan las personas y se realizan las aplicaciones.
Las críticas sobre la incapacidad de la metodología experimental para acumular conocimiento psicosocial valido se pueden enumerar a partir de Turner (1981), Saxe y Fine (1980), Blanch (1992) y Ato y Navalón (1993), en los siguientes apartados:
- Artificialidad
- Simplificación
- Falta de realismo mundano
- No representatividad
- Reactividad
- Problemas de inferencia
A continuación se presentan algunos ejemplos de experimentos sociológicos de laboratorio.
Experimento sociológico en la prisión de Stanford.
El fin de la prueba en el experimento de Stanley Miligram era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal.
La artificialidad de la situación experimental, en la que la persona es obligada a realizar conductas que no realizaría en situaciones cotidianas; el uso de definiciones operacionales de los conceptos; el aislamiento de variables que en el mundo social se encuentran estrechamente relacionadas unas con otras, con la consiguiente imposibilidad de reproducir en el laboratorio toda la complejidad de la vida social; el olvido de las variables de personalidad que habitualmente mediatizan la relación entre la variable dependiente y la independiente; la artificalidad de las relaciones entre el investigador y los sujetos investigados; éstas fueron algunas de las principales críticas dirigidas al experimento de laboratorio durante la crisis de la psicología social (Armistead, 1974; Blumer, 1969; Gergen, 1978; Jahoda, 1979).
Sanchez, A. (2002). "Psicología Social Aplicada". Madrid: Pearson
Garrido, A., Álvaro, J. (2007). "Psicología Social: Perspectivas psicológicas y sociológicas". Madrid: McGRAW-HILL
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